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sábado, 10 de julio de 2010

Panel por el matrimonio igualitario. Palabras de María Cristina Díaz, médica.

La referente del Inadi en el norte de Santa Fe, María Cristina Díaz, cerró el panel poniendo a consideración algunos falsos argumentos en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, y se refirió además a la ley de educación sexual integral, de reciente aprobación.

Respecto la afirmación de que “la comunidad homosexual es una minoría”, indicó que “es una minoría mayoritaria”, que no tienen “un gusto sexual desviado” sino una “orientación sexual diferente” a la heterosexual. También remarcó, como lo habían hecho anteriores panelistas, que no es una enfermedad.

Por otra parte, destacó que el tratamiento legislativo de la modificación del Código Civil no es el logro de un partido político en particular, sino “la construcción de varios partidos políticos, organizaciones de DDHH y activistas”

Respecto del impacto de la aprobación sobre la ley, cuestionó la afirmación de que “desarticulará la familia tradicional”, ya que dicha familia no existe: un tercio de los hogares de Argentina están a cargo de mujeres solas, mientras muchos grupos familiares están constituidos por hermanos, tíos, abuelos, y sin embargo son familias (aunque no se de la ecuación “familia = mamá + papá” que reclaman los partidarios de la familia “tradicional”, a esta altura más ideal que real).

Díaz puso en duda aquello de que “no se promueven políticas públicas a favor de la familia”: “precisamente es al revés: esta ley posibilita la adquisición de derechos para todas las familias”, sostuvo.

Finalmente, reconoció que “los hijos de parejas homoparentales van a ser discriminados en la escuela”, pero indicó que este no es un factor que juegue en contra de la adopción, sino que hay que trabajar sobre la homofobia de la sociedad.

En este sentido, destacó las características de la Ley de Educación Sexual Integral N° 26.150, que entre sus propósitos formativos apunta a:

“El conocimiento de las distintas formas de organización familiar y sus dinámicas y la valoración y el respeto de los modos de vida diferentes a los propios.

“El reconocimiento e identificación de diversas formas de prejuicios y actitudes discriminatorias hacia personas o grupos.

“Promover la aceptación de la convivencia en la diversidad.

“La valoración de las personas independientemente de su apariencia, identidad y orientación sexual.

“La aceptación y valoración de la diversidad.

“El conocimiento de los derechos de las diversidades sexuales y de la responsabilidad del Estado frente a situaciones de discriminación y violación de derechos.

“El reconocimiento de la discriminación como expresión de maltrato.”

Panel por el matrimonio igualitario. Palabras de Paula Condrac, abogada y psicóloga social.

Paula Condrac es una de las abogadas que, como integrante de la Multisectorial de Mujeres de Santa Fe, patrocinó el caso Ana María Acevedo. Citando a Hannah Arendt, vino con una mala noticia: “no nacemos iguales. La igualdad es el producto de la organización humana, decía Hannah Arendt. Y efectivamente no nacemos iguales: sabemos que en esta sociedad no es lo mismo nacer varón que nacer mujer, ni da lo mismo ser pobre o rico, ser blanco o negro, estar alfabetizado o no, ser ateo o no serlo, ser heterosexual o ser homosexual. La igualdad que predican las leyes es sólo abstracta sin la organización humana y el reconocimiento expreso de las diferencias entre los seres humanos. Sólo la acción colectiva y comprometida de la sociedad garantiza la igualdad”.

Para la militante feminista, “la historia de la humanidad demuestra que el respeto por los derechos humanos de las minorías, de las minorías de género, de las minorías étnicas y raciales, de clase –que por otro lado son mayorías numéricas–, sólo se da tras largas luchas. Las mujeres, las personas con orientaciones sexuales diferentes a la heterosexualidad, los pobres, en fin, las minorías, sólo tenemos derechos si los conquistamos. La acción organizada y colectiva de grupos homosexuales, gay, lésbicos, trans, cuya militancia permanente es insoslayable, sumado al compromiso por la igualdad de muchos legisladores y legisladoras, y el acompañamiento de gran parte e la sociedad que se muestra sensible a estos temas, puso a las puertas del Congreso Nacional la posibilidad de que el ejercicio de un derecho elemental básico, como es el derecho a contraer matrimonio, a tener hijos, a construir una familia, deje de ser potestad exclusiva de los y las heterosexuales. El matrimonio no puede seguir siendo un privilegio para un sector social”, afirmó.

En este sentido, recurrió a la Historia Universal y enfatizó que “un paso importante lo dio la Revolución Francesa, cuando volvió civiles, o sea laicas, las instituciones usurpadas por la teocracia, tales como el nacimiento, la educación, el matrimonio, la muerte, que hasta entonces tenían sus fundamentos en creencias particulares, confesionales, religiosas y no en la filosofía del derecho natural-racional, que es el fundamento último del estado de derecho. Los estados laicos, plurales y democráticos, herederos de aquella revolución que postulaba la libertad, la igualdad y la fraternidad, deben garantizar la práctica de la igualdad en lo cotidiano y en lo concreto de la vida de los ciudadanos y las ciudadanas. Esto implica el enfrentamiento con los sectores que siguen pretendiendo la existencia de un estado teocrático y patriarcal, donde la heteronormatividad sea obligatoria, y el hombre asuma roles vedados a la mujer.

Recordemos que la institución matrimonial nace como tal para que el hombre se asegure la fidelidad de la mujer, se asegure que le dejará sus propiedades a la descendencia de su propia sangre, fortaleciendo y consolidando de esta forma los estados nacionales. Por eso la lucha por la igualdad de los derechos civiles no es ingenua para nadie: atrás hay fuertes intereses ideológicos y religiosos, hay una concepción de hombre, de mujer, de sociedad y de familia la hubo desde todos los tiempos, porque es la historia de la especie humana”.

A propósito de ingenuidad, volvió a recurrir a la Historia para preguntar: “¿alguien creyó que Isabel la Católica y Fernando de Aragón, los reyes y unificadores de España, los descubridores de América, los padres del rey en cuyo imperio nunca caía el sol y de la reina que no llegó a ser tal porque sucumbió a la locura, dados los intereses económicos, patrimoniales, históricos y políticos que había en juego, alguien creyó que Fernando e Isabel se unieron en un matrimonio católico y civil por amor? No seamos ingenuos”.

“Los detractores de la igualdad argumentan –dijo– desde la metafísica biologicista, la misma que pretendía negar alma a los indios, libertad a los negros, igualdad a las mujeres, derechos a los trabajadores. La que ve la cuestión según la naturaleza biológica de los cuerpos, desde la linealidad que significa sostener ‘matrimonio = varón + mujer’, incluso con signos matemáticos. Estos argumentos hoy no nos alcanzan ni dan cuenta suficiente de la expansión del espíritu humano, de la búsqueda constante de los sueños y de las utopías, de la racionalidad, de la esencia primera y última de la especie humana, que es el carácter histórico, social y cultural de los hombres y de las mujeres, y fundamentalmente la búsqueda incansable de la noble igualdad”.

Panel por el matrimonio igualitario. Lisandro Genero, abogado

Lisandro Genero es abogado y mediador penal; integra la Asociación “Echando Raíces”, que nuclea a descendientes de gallegos y que está comprometida con la temática de los derechos humanos; también integra el foro de diversidad sexual del INADI.

En su alocución, Genero no habló del derecho natural, sino del derecho positivo: “es decir, lo que está en la norma, lo que hoy por hoy tenemos como respaldo jurídico para hacer valer todos los derechos de todos y todas las ciudadanas y los ciudadanos”.

En este sentido, recordó que el artículo 16 de la Constitución Nacional establece la igualdad de todos ante la ley, y desde la reforma de 1994 se incorpora, en el articulo 75, incisos 22 a 24, “un plexo normativo muy importante que da jerarquía a derechos con reconocimiento internacional, pero con validez nacional: son tratados de derechos humanos que tienen la misma jerarquía que la C.N. Y estos pactos, en varios artículos, como por ejemplo en el artículo 23 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, donde se establece la institución de la familia y el matrimonio entre ‘contrayentes’ (no hace mención a hombre o mujer), lo mismo que el artículo 17 de la Convención Americana de DDHH”. Ambos protegen la institución familia como el elemento natural y fundamental de la sociedad.

Tras recordar que “los derechos humanos no surgen del funcionamiento perfecto de la sociedad, sino de las permanentes injusticias, de los horrores de la guerra, de los millones de hambrientos, de los discriminados por el color de su piel, por vivir la sexualidad de manera distinta a la considerada ‘normal’”, y que “los derechos humanos no son un discurso de moralidad, sino una construcción permanente de una sociedad más justa y libre”, Genero repasó algunos “mitos” acerca del matrimonio entre personas del mismo sexo, mediante un documento del foro de diversidad sexual del INADI:

“El matrimonio es un sacramento religioso”: desde la ley de matrimonio civil de 1888, el matrimonio es un contrato entre particulares que no exige la pertenencia a alguna religión.

“El matrimonio homosexual no es natural”: en honor a la verdad, todos los matrimonios son antinaturales: la patria potestad, el apellido, la herencia, la obra social, los derechos migratorios, los bienes gananciales son todas invenciones humanas. El ser humano inventa esto del matrimonio, que va evolucionando.

Panel por el matrimonio igualitario. Palabras de Pablo Rivoira, pastor de la Iglesia Valdense

Pablo Rivoira, pastor de la Iglesia Valdense –iglesia cristiana con fuerte presencia en Argentina y Uruguay– comentó que “hace un tiempo nos llego de una comunidad la propuesta, la demanda, de trabajar sobre un tema complejo como es la bendición de parejas, de uniones civiles, de personas del mismo sexo. Y como cuerpo pastoral trabajamos, estudiamos, en función de lo que las comunidades de la Iglesia Valdense nos demandan”. En este sentido, la respuesta del Sínodo (compuesto por diputados y diputadas de todo el Río de la Plata) fue trabajar la temática, informarse y socializar las conclusiones tanto en las comunidades como fuera de ellas: “por eso estoy acá y en ese espíritu quiero compartir algunas cosas”.

La declaración de la Iglesia Valdense realizada en febrero de este año plantea, a diferencia de sus pares católicos, que no hay una decisión que pueda agotar este tema, “se trata más bien de un ejercicio constante de aprendizaje, no hay una afirmación dogmática, clausurante del caminar de la fe”.

“Tuvimos que trabajar y derribar determinados prejuicios que muchas veces vienen por malas traducciones o malas interpretaciones de la Biblia, y por lecturas fundamentalistas de la Biblia –contó Rivoira–. Por eso nos abocamos a trabajar sobre temas que en distintas traducciones de los textos bíblicos se van modificando al incorporárseles categorías actuales ajenas a ellos –el Antiguo Testamento fue escrito en hebrero, y el Nuevo en griego–: por ejemplo, la palabra ‘sexual’ aparece en el siglo XVIII, la palabra ‘homosexual’ en el siglo XIX y la palabra ‘heterosexual’ en el siglo XX”. El tema de los términos tiene que ver con “cómo construimos nuestro discurso, nuestro lenguaje y nuestro discurso religioso”

“Las traducciones o malas traducciones de los idiomas originales a los nuestros, por ejemplo al castellano, han generado un perjuicio contra las minorías sexuales: vale decir, arsenokoítais es una palabra compuesta, en griego, que significa cama-varón, o coito, se ha traducido como ‘homosexuales’. En I Timoteo: ‘había un traficante de esclavos que conseguía jóvenes para sus clientes mayores que querían penetrarlos sexualmente’. Trabajamos todo este tema con una fundación que se llama ‘Otras Ovejas’, de la ciudad de Buenos Aires, y concluimos que no se puede traducir esto como ‘homosexuales’ porque se limita a los hombres, no incluye lesbianas, y se refiere a prácticas o actos sexuales producidos principalmente por violación. Lo que rechaza la Biblia es el secuestro de jóvenes como esclavos para la prostitución, no el amor mutuo y compartido, que es otra cosa y que tiene que ver con lo que estamos hablando hoy”, explicó.

La palabra “homosexual” fue incluido en las traducciones bíblicas por primera vez en 1946 en inglés, pero muy pronto se dieron cuenta de que había sido un error, pero la traducción siguió quedando en castellano, por eso todavía la podemos encontrar en alguna Biblia”, señaló.

Por otra parte, Rivoira indicó que “la vivencia de la sexualidad y sus consecuencias en nuestras comunidades y sociedades están marcadas muchas veces no por el amor y el respeto mutuo sino por el dolor, el sometimiento y la violencia. Las situaciones de discriminación que surgen en nuestras comunidades nos muestran a niños, niñas, jóvenes, adultos, matrimonios y ancianos y ancianas sufrientes y dolidos por el maltrato y el abuso. Estas situaciones son vividas como ‘normales’ y aceptables para los ojos de nuestra sociedad, cuando no las son para el Evangelio. Notamos una contradicción cuando invisibilizamos esto en el marco de una determinada comprensión de la sexualidad humana y juzgamos rápida y prejuiciosamente otras vivencias donde se manifiesta el amor y el respeto mutuo”.

“Por eso –dijo– es necesario todo el proceso reflexivo, con una mirada más amplia, que incluya toda la sexualidad y al cuerpo humano desde una perspectiva de género y en un diálogo interdisciplinario y ecuménico. Esto nos permitirá no hacer lecturas fundamentalistas y articular un mensaje liberador, que es el que Jesús actualizó con el amor al prójimo”.

En este sentido, volvió a diferenciarse de sus pares de otras iglesias cristianas al proponer “una mirada más amplia, que se adapte a los cambios de la sociedad, a aquellas personas que reclaman por sus derechos; para eso es necesario entender algunas cosas que están mal entendidas de la Biblia. No fue un pecado sexual el de Adán y Eva: fue un pecado de desobediencia a Dios, de querer ser como Dios, de comer de fruto del bien y del mal, manejar a las personas y ocupar el lugar de Dios. O entender que El Cantar de los cantares es un libro de la Biblia que se lo quiso espiritualizar, pero en realidad es un libro de amor erótico, donde personas se aman, describen sus cuerpos, se quieren y son felices”.

Entonces, redondeó, “creemos necesario el estudio y la interpretación responsable de las escrituras, que deberá ser hecho desde un Evangelio liberador, reconociendo las diversidades sociales, culturales, raciales. Debemos informarnos para no dejarnos llevar por opiniones sin fundamentos científicos, teológicos ni culturales, que llevan a la discriminación y a la fobia social. Debemos animarnos como sociedad, sensibilizarnos y salir al encuentro de estos nuevos desafíos. Será necesario entonces, además, legislar sobre esta materia, porque legislar dará garantías de vivir con dignidad a personas que hoy no están incluidas dentro del Código Civil. Esto también es servir al prójimo”.

Panel por el matrimonio igualitario. Palabras de José Ruggieri, pediatra.

El pediatra José Luis Ruggieri empezó destacando que “el deseo de tener hijos es una decisión humana básica, y por las mismas razones que una familia heterosexual elige tener hijos, también lo hace una familia homosexual”.

En este sentido, el médico trajo a colación algunos interrogantes comunes en el debate sobre el matrimonio entre personas homosexuales:

¿Qué repercusión tienen sobre los niños los prejuicios sociales?
¿Sobre que base construirán su identidad de género sexual?
¿Qué repercusiones se presentarán en el desarrollo emocional y social del niño?
¿Que actitudes y comportamientos se observarán en los padres?

Y procedió a contestarlos, con citas de autoridad de variada procedencia:

“Los padres homosexuales se comprometen en función de padres como lo hacen los heterosexuales, brindando una recreación adecuada, fomentando la autonomía del niño. Ponen más énfasis en el desarrollo de habilidades cognitivas y están más involucrados en las actividades de sus hijos.”
(C. Perrin; Comité de Aspectos Psicosociales de la Salud del Niño y su Familia de la A.A.P., en Pediatrics, 2002; 109:341-344)

“La investigación científica ha mostrado de manera consistente que padres gays y madres lesbianas son tan capaces y adecuados como los padres y madres heterosexuales.”
(Elizabeth Short, Damien W. Riggs, Amaryll Perlesz, Rhonda Brown, Graeme Kane: Lesbian, Gay, Bisexual and Transgender (LGBT) Parented Families - A Literature Review prepared for The Australian Psychological Society; Marriage of Same-Sex Couples – 2006 Position Statement Canadian Psychological Association)

“El bienestar físico, económico y psicológico de los progenitores se incrementa con el matrimonio y los hijos se benefician al ser criados por progenitores que se encuentran dentro de una unión legalmente reconocida.”
(Pawelski JG, Perrin EC, Foy JM, et al. (July 2006). «The effects of marriage, civil union, and domestic partnership laws on the health and well-being of children». Pediatrics 118 (1): pp. 349–364. doi:10.1542/peds.2006-1279. PMID 16818585.)

“Ninguno de los más de 300 niños analizados presentó signos de confusión con la identificación de su género, deseos de pertenecer al otro sexo, o comportamientos propios del género opuesto. No se observaron diferencias en los juegos, vestimenta o preferencia de amistades en niñas o niños con madres lesbianas, en comparación con aquellos de madres heterosexuales.
(Academia Americana de Pediatría. Pediatrics 2002; 109: 341-344)

“Para que el niño pueda ser criado en un clima saludable, es necesario contar con la salud mental y emocional de la pareja, y la misma no depende de su orientación sexual. Los niños toman las identificaciones no sólo de los padres, sino también de otras figuras masculinas y femeninas. Además son de una importancia fundamental lo genético, la vida escolar, los pares.”
(Dra. Lidia Abraham de Cuneo. Mesa Redonda: Nuevas configuraciones familiares. 33 ° Congreso Argentino de Pediatría.)

“El desarrollo óptimo de los niños parece estar más influenciado por las actividades de la familia y la relaciones entre sus miembros que por la estructura de la misma. Los padres e hijos se desarrollan mejor cuando las tareas paternas son compartidas y cuando no existe conflicto en la pareja.”
(Academia Americana de Pediatría – Pediatrics 2002; 109: 341-344)

“Cualquier estructura familiar es igualmente válida para garantizar el desarrollo y ajuste infantil” siempre que en ella “se garantice un ambiente estimulante y carente de conflictos, cuidados de calidad, un estilo democrático”
Estudio de E.Arranz, Catedrático de Psicología Evolutiva de la Universidad del País Vasco.

“No existen diferencias entre los niños criados en familias heteroparentales y homoparentales, excepto que los segundos presentan una mayor flexibilidad en sus roles de género (que no es igual a su identidad de género) y una mayor aceptación de la diversidad sexual".

“La estructura familiar, en sí misma, crea relativamente poca diferencia en el desarrollo psicológico de los niños. Lo que realmente importa es la calidad presente en la vida familiar.
“La forma de la familia afectará más a la armonía o disarmonía de ella misma que a los hijos
“La señalización que hará el prejuicio sobre la constitución de la familia daña más a los niños de las parejas homosexuales por la discriminación que por sí misma.”

(Dr. José Muchenik, Área de Adopción del Comité Ampliado de Salud Mental y Familia; Conclusiones de la Mesa “Nuevas Configuraciones Familiares”, 34 Congreso Nacional de Pediatría, Córdoba; octubre de 2006.)

Por otra parte, Ruggieri recordó que en 1976 la American Psychological Association adoptó una resolución destacando que ni el sexo, ni la identidad de género, ni la orientación sexual son motivos que impiden la adopción. En 2000, la misma apoyó el derecho a la Unión Civil y en febrero de 2002 la A.P. of Pediatrics apoyó la adopción de niños por parejas homosexuales y la legalización de la coparentalidad.

En este sentido, destacó que “lo que perturba a un hijo de pareja gay es la discriminación de otros padres, no la crianza” (afirmación de Eva Giberti, coordinadora del Programa Las Victimas contra las Violencias, del Ministerio de Justicia de la Nación).
Finalmente, y al igual que su colega Butto, el pediatra se refirió a la homofobia: “se refiere a la aversión, odio, prejuicio o discriminación contra hombres o mujeres homosexuales. Es una enfermedad psico-social que está basada en la idea de que los actos, deseos e identidades homosexuales son inmorales, enfermos o inferiores a los heterosexuales”. La homofobia, afirmó –en consonancia con la O.P.S.–, “constituye una amenaza contra la salud y los derechos de los individuos”.

En este sentido, Ruggieri calificó de “más que irresponsables: criminales” los dichos de la psicóloga Miriam Mansur, quien en un panel convocado por la Iglesia Católica afirmó que la discriminación sufrida por hijos de homosexuales generaría violencia social y suicidios.

Panel por el matrimonio igualitario. Palabras de Martín Caballero, de VOX

Martín Caballero, referente de VOX Asociación Civil en Reconquista, se refirió a los proyectos de Matrimonio Civil y de Unión Civil y a un debate que se viene dando (y negando) desde hace años.

“La Unión es una ley diferente, en cambio el matrimonio significa modificar el Código Civil para incluir a las parejas del mismo sexo dentro del matrimonio. Al ser la Unión Civil una ley aparte, se quitan derechos y es muy discriminatorio”, dijo Caballero, enfatizando en el hecho de que “por más que tengan los mismos derechos, por más que sea exactamente igual, como pasa en Uruguay, que incluso tienen derecho a la adopción, así y todo es discriminatorio sancionar una ley de Unión Civil para homosexuales, porque es una ley aparte; son instituciones diferentes para lo mismo, que es una unión de personas, un contrato legal, civil, entre dos personas. No podemos tratar diferente lo que es igual”.

Historia de un debate

Parte de la población que milita en contra del matrimonio plantea la necesidad de un debate más profundo sobre el tema, pero según historió Caballero “en Argentina, el proyecto de matrimonio entre personas del mismo sexo entró al Congreso en el año 2007, por lo tanto hubo tres años para debatirlo, si hubieran querido.

Desde que ingresó este proyecto hasta ahora, se aprobó el matrimonio en varios países: Noruega, Suecia, Islandia hace pocos días, Portugal –donde se aprobó sin adopción, lo que es discriminatorio–, y antes de que ingresara al Congreso de Argentina, se había aprobado en países como Holanda (2001), Bélgica (2003), España y Canadá (2005), Sudáfrica (2006). Entonces hubo momentos, en un mundo donde la información fluye libremente, para enterarnos de las noticias, generar debate, charlar, como para que los legisladores se interiorizaran sobre el asunto.

El proyecto está en marcha, después de tres años de estar esperando, y ahora nos vienen a decir que falta debate”. Por otra parte, la ausencia de debate no se debió al colectivo gay-lésbico, sino a los sectores más conservadores, que nunca quisieron darlo: “Lo que estuvo pasando durante todo este tiempo es que cuando nosotros y nosotras queríamos dar debate, del otro lado no había nadie que escuchara”.

Mientras en algunos países, como los Estados Unidos, el reclamo por el matrimonio data de la década del 70, “en Argentina, cuando volvió la democracia, no empezamos a pedir matrimonio porque estábamos muy ocupados tratando de que no nos maten, como solía pasar, o de que no nos persiga la policía”, indicó Caballero, refiriendo que “cuando se normalizó un poco la situación de gays, lesbianas, bisexuales y trans, entramos en la década del 90. Fue allá por 1992, que en una emisión del programa de televisión Sin Vueltas titulado ‘Matrimonio gay y adopción’, estuvo invitado Rafael Frega, de la Sociedad de Integración Gay-Lésbica Argentina (SIGLA), y él entonces decía que no al matrimonio: ‘nosotros estamos pidiendo una institución llamada Unión Civil, con los mismos derechos básicos para todas las personas’. O sea, desde el propio activismo se estaba siendo conservador porque se pensaba que lo otro no iba a llegar nunca. Se habló en 1993 en un programa de ATC, en 1994 en el programa ‘La punta del ovillo’, se volvió hablar en 1995. Durante toda la década del 90 la CHA, SIGLA, etc., estuvieron pidiendo Unión Civil, aunque con otros nombres –ley de parejas de hecho, concubinato, y otras formas, porque el término Unión Civil apareció en Connecticut, Estados Unidos, en 2001–. Incluso ‘Unión Civil’ está en grande en el afiche de la marcha del orgullo del año 2005”.

Por otra parte, mientras el Senado plantea la Unión Civil como propuesta de consenso más conservadora, Caballero recordó que “cuando pedimos Unión Civil, no nos la quisieron dar. En 2004 la CHA ingresó su proyecto de Unión Civil en el Congreso, y jamás fue tratado. Ahora que nosotros estamos exigiendo el matrimonio, nos quieren dar Unión Civil”

En cuanto a la posibilidad de adopción por parte de parejas homosexuales, sostuvo que “en realidad el matrimonio no habla de adopción, sino de patria potestad compartida: una persona puede adoptar como soltera y estar en pareja; lo que pasa en este momento, al no poder casarse, es que la persona que no está como adoptante no tiene la patria potestad, no puede darle al chico la obra social, no le puede firmarle la libreta de calificaciones, no puede pedir licencia si el chico se enferma. Eso es lo que pasa cuando una pareja no puede casarse y una de las personas tiene hijos a cargo”.

“No se dejen engañar: queremos matrimonio ahora, los mismos derechos con los mismos nombres para todas las parejas”, terminó.

Los significados de las palabras

“¿Por qué la Iglesia se opone al uso del término ‘matrimonio’ en el caso de parejas del mismo sexo?”, preguntó una asistente al debate.
“Porque la palabra de tiene un origen parecido a ‘condición o atribución de madre’. Ahora bien: las palabras fueron cambiando de significado y de sentido a lo largo del tiempo. Se tomó la palabra ‘matrimonio’ cuando se instituyó el matrimonio en civil en la Argentina, en 1887, y como en todos los países que tienen matrimonio civil, se tomó esta palabra porque es lo que se conocía: la unión de dos personas que garantizaba ciertos derechos. Entonces se tomó una palabra ya existente para este contrato civil. Pero qué pasa: dice la Iglesia ‘viene de madre, por eso dos hombres no pueden ser un matrimonio, porque ninguno puede ser madre’; pero eso no contesta por qué dos mujeres tampoco pueden ser ‘matrimonio’, si las dos pueden ser madres”, respondió Caballero.

“El tema es que las palabras fueron cambiando de sentido a lo largo del tiempo. Hoy en día matrimonio no puede significar solamente calidad de madre, porque las mujeres no tienen ya un rol tan definido: no es que las mujeres están en la casa, cocinan y cuidan a los hijos y los padres trabajan afuera para conseguir el sustento. Los roles fueron cambiando a lo largo del tiempo. Además de eso, esas personas que usan ese argumento para decir que dos hombres o dos mujeres no pueden construir un matrimonio, que expliquen por qué el salario que ellos ganan hoy en día no se lo pagan con sal, o por qué una mujer puede tener patrimonio, que es un derecho exclusivo del padre, del hombre, según el origen de la palabra”, indicó, aclarando además que “la palabra matrimonio no deriva de la religión sino del derecho romano”.

jueves, 8 de julio de 2010

Panel multidisciplinario sobre el matrimonio igualitario.

Tal como estaba previsto se realizó en la noche del 7 de julio, el Panel multidisciplinario sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El mismo estuvo compuesto por: Fernando Butto, psicoanalista; José Luis Ruggieri, pediatra; Silvina Zanuttini, ginecóloga; Lisandro Genero, abogado; Pablo Rivoira, pastor Iglesia Valdense y Cristina Díaz, médica - representante del INADI.


La cálida charla comenzó alrededor de las 20 horas y se extendió hasta las 22,30 aproximadamente, bajo un marco de publico participante que superó las 300 personas.

En ella, se dejó en claro la postura de apoyo a la igualdad de género y la lucha por los derechos humanos, tanto por parte de los panelistas como de los organizadores de la misma.


Entre otros aspectos, destacamos el siguiente texto, debelador de algunos interrogantes comunes, expuesto por el psicoanalista Fernando Butto:

Diez preguntas frecuentes sobre homosexualidad y bisexualidad.

La Asociación Psicológica Americana (APA) ha difundido un comunicado de lo que se podría llamar: “Preguntas y respuestas más frecuentes sobre la homosexualidad y bisexualidad”.

1-¿Qué es la orientación sexual?

La orientación sexual es la atracción emocional permanente a otra persona, sea ésta amorosa, sexual o afectiva. Puede ser de carácter homosexual, bisexual o heterosexual.

Se distingue así mismo de otros aspectos de la sexualidad:

-del sexo biológico (es decir, el hecho de ser hombre o mujer.
-de la identidad de género, es decir, a la conciencia de ser varón o mujer.
-del rol social de género, es decir, a la aceptación y cumplimiento de las normas culturales para la conducta femenina y masculina.
-de la conducta sexual, pues las personas podrían, o no, expresar su orientación sexual en sus conductas.

La orientación sexual esté integrada a una continuidad que fluctúa desde la homosexualidad exclusiva hasta la heterosexualidad exclusiva, e incluye diferentes formas intermedias. Las personas bisexuales pueden experimentar atracción amorosa, sexual y afectiva tanto a personas de su propio sexo como del opuesto. Las personas de orientación homosexual son llamadas “gays”, tanto los varones como las mujeres, o “lesbianas”, cuando se trata de las mujeres solamente.

2-¿Cuál es la causa de la orientación sexual de una persona?

Hay numerosas teorías acerca del origen de la orientación sexual de una persona. Al presente, la mayoría de los científicos está de acuerdo en que la orientación sexual resultaría de la compleja interacción de varios tipos de factores: media-ambientales, psico-cognoscitivos y biológicos. Es importante comprender y admitir que, al menos hasta donde hoy se conoce, hay muchas razones para explicar la orientación sexual de una persona y que estas razones serían diferentes para diferentes personas. La orientación sexual de la mayor parte de las personas queda configurada en su temprana edad.

3-¿Es una opción libre la orientación sexual?

No, los seres humanos no pueden elegir entre la homosexualidad, bisexualidad o la heterosexualidad. En la mayoría de las personas, la orientación sexual irrumpe en la temprana adolescencia sin que haya, general o necesariamente, ninguna experiencia previa. Aún cuando podamos elegir actuar o no, de acuerdo a nuestras emociones, las y los profesionales de la psicología consideramos insostenible que la orientación sexual fundamental es una opción deliberada que pudiese modificarse voluntariamente.

4-¿Puede la terapia modificar la orientación sexual?

No, pese al hecho de que muchas personas homosexuales o bisexuales tengan vidas exitosas y felices, otras personas homosexuales o bisexuales procuran cambiar su orientación sexual mediante terapia. Son apremiados, a menudo, por la familia o grupos religiosos. La realidad es que la homosexualidad no es una enfermedad y por tanto no requiere tratamiento.

No todas las personas gay, lesbianas o bisexuales, que recurren al profesional de la salud mental, desean cambiar su orientación sexual. Esas personas podrían estar requiriendo ayuda psicológica para el proceso de asumir su propia orientación sexual diferente y, también, para eventualmente buscar estrategias para enfrentar el prejuicio. La homosexualidad en sí no es el problema, sino que lo son los problemas que crean a las personas los prejuicios sociales. Es muy distinto, pero la mas de las veces las personas gays, lesbianas o bisexuales, recurren a la terapia por los mismos temas que las personas heterosexuales.

5-¿Qué son las llamadas terapias de conversión?

Algunos terapeutas que aplican las llamadas terapias de conversión informan que fueron capaces de modificar la orientación sexual de sus pacientes de homosexual a heterosexual. Sin embargo, el examen riguroso de estos informes muestra aspectos que hacen dudosas sus afirmaciones. Por ejemplo, esas afirmaciones provienen de organizaciones con una perspectiva ideológica que condena a la homosexualidad y, además, están insuficientemente documentadas. Tampoco el resultado del tratamiento es seguido e informado durante el transcurso de su aplicación como sería la norma para probar el valor de cualquier intervención en salud mental.

La Asociación Americana de Psicología expresa preocupación acerca de tales terapias y el daño que infligirían a sus pacientes. En 1997, el Concejo Directivo de la Asociación aprobó la resolución que reafirmaba la oposición de la psicología a los planteamientos y las posturas homofóbicas en el tratamiento; y también explicaba, claramente, el derecho del paciente a un tratamiento imparcial y a la autodeterminación. Toda persona que recurra a la terapia psicológica para elaborar los aspectos emergentes de la orientación sexual tiene derecho de aguardar que tal terapia tendrá lugar en un medio profesional neutro preservado de todo prejuicio social.

6-¿Es la homosexualidad una enfermedad mental o un problema emocional?

Ninguna. Los profesionales de la psicología y la psiquiatría estamos de acuerdo que la homosexualidad no es una enfermedad, afección mental o problema emocional. Más de treinta y cinco años de objetiva y estricta investigación científica muestran y demuestran que la homosexualidad en sí misma no está asociada con afecciones mentales o problemas sociales y emocionales.

La homosexualidad fue considerada una enfermedad mental, pues los profesionales de la salud mental y el bienestar social, tenían información parcial. En esa época, las investigaciones sobre las personas gay, lesbianas y bisexuales incluían, solamente, a quienes estaban en terapia, parcializando las conclusiones. Pero, cuando los investigadores examinaban los datos de las personas que no estaban en terapia, hallaban, rápidamente, que carecía de veracidad la idea de que la homosexualidad era una enfermedad mental.

En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría reafirmó el valor de una investigación adecuadamente diseñada, borrando en consecuencia, a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales y emocionales del manual oficial. Dos años después, la Asociación Americana de Psicología aprobó la resolución que apoyaba dicha decisión. Desde hace más de 25 años, ambas asociaciones han urgido a las y los profesionales de la salud mental a colaborar en el rechazo del estigma de una presunta enfermedad mental que aún, algunas personas, asocian con la orientación homosexual o bisexual.

7-¿Pueden ser buenas madres y buenos padres?

Sí. Estudios comparativos de niñas y niños educados y educadas por madres y padres heterosexuales u homosexuales no encuentran diferencias en el desarrollo de las cuatro áreas de importancia crítica: la inteligencia, el equilibrio psicológico, la adaptación social y la popularidad con las personas amigas. Es importante puntualizar, además, que la orientación sexual de la madre o el padre no imponen la de los hijos o hijos.

Otro mito acerca de la homosexualidad es la errónea creencia que los varones gay tienden a abusar sexualmente de los niños. No hay prueba que las personas homosexuales estén más inclinadas que las heterosexuales al abuso sexual de niñas y niños.

8-¿Por qué las personas les-bi-gay, hacen pública su orientación sexual?

Porque compartir este aspecto de sí mismos/as con otras personas importa y ayuda a su salud mental y emocional. De hecho, el proceso de desarrollo de la identidad y de la revelación de la orientación sexual de las personas lesbianas, gay y bisexuales, el hecho de asumirse y darse a conocer está íntimamente vinculado al equilibrio psicológico. Cuanto más positiva sea la identidad de la persona gay, lesbiana o bisexual, mejor será su salud mental y mayor autoestima.

9-¿Por qué es tan difícil el proceso de revelar la orientación sexual?

Para algunas personas gays y bisexuales, el proceso de revelar su orientación sexual es difícil, para otras no. A menudo, las personas lesbianas, gays y bisexuales, sienten temor o se sienten diferentes y solas cuando advierten que su orientación sexual es distinta de la que es normal para la comunidad. Esto es especialmente verdadero para las personas que se dan cuenta de su orientación lesbiana, gay o bisexual durante la niñez o adolescencia, lo cual es frecuente. Y, en dependencia de sus familias o del tipo de sociedad en donde vivan, podrían tener que luchar contra el prejuicio y la información tergiversada sobre la homosexualidad.

Durante la niñez y la adolescencia, las personas serían particularmente vulnerables a los dañinos efectos de los prejuicios y estereotipos. También, temerían el rechazo de la familia, las amistades y del trabajo e instituciones religiosas.

Algunas personas homosexuales han de preocuparse por la pérdida de sus empleos o el hostigamiento en la institución escolar, si fuese conocida su orientación sexual. Desdichadamente, las personas homosexuales y bisexuales corren mayor riesgo de sufrir agresiones que las personas heterosexuales.

Las investigaciones hechas en el estado de California a mediados de la década del 90, mostraron que, casi un quinto de las lesbianas y más de un cuarto de los gays-de la muestra tomada-, habían sido agredidos alevosamente a causa de su orientación sexual. En otra investigación, en el mismo estado de California, -sobre 500 adultos jóvenes-, la mitad admitió que había sufrido alguna forma de agresión anti-gay, desde abuso verbal a violencia física.

10-¿Qué puede hacerse para superar el prejuicio y la discriminación que experimentan las personas les-bi-gay?

Las investigaciones muestran que las personas que tienen actitudes más positivas para con las personas homosexuales y bisexuales son aquellas que admiten que conocen alguna persona homosexual de quien son amigas o compañeros de trabajo. Por esa razón, los profesionales de la psicología creen que las actitudes negativas para con las personas homosexuales y bisexuales, como grupo, son prejuicios carentes de fundamento en experiencias reales, pues están basados en estereotipos.

Una nueva educación generalizada sobre la orientación sexual y la homosexualidad, tendería a disipar el prejuicio contra las personas homosexuales. La información precisa sobre la homosexualidad es doblemente importante para las personas jóvenes quienes están descubriendo y procurando comprender su sexualidad, sea homosexual, bisexual o heterosexual. Los temores a que tal información provoque un aumento de la población homosexual, carecen de validez. La información acerca de la homosexualidad no convierte a nadie en homosexual o heterosexual.

Además, proteger de la violencia y la discriminación a una minoría es muy importante en sí mismo. A cualquier minoría. Por eso, algunos Estados incluyen la agresión contra las personas por su orientación sexual como crímenes con alevosía. Muchos estados de los Estados Unidos y Europa, cada vez más, tienen leyes que prohíben la discriminación por la orientación sexual.




sábado, 3 de julio de 2010

Panel multidisciplinario sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El miércoles que entra, 7 de julio, a las 19, 30 Hs, se realizará en el Centro de Empleados de Comercio de Reconquista, calle San Martín ente Habegger y Mitre, un panel multidisciplinario que tratará en profundidad el Proyecto de ley de matrimonio igualitario.

El Panel que disertará estará compuesto por:

Fernando Butto (psicoanalista)
José Luis Ruggieri (pediatra)
Silvina Zanuttini (ginecóloga)
Lisandro Genero (abogado)
Pablo Rivoira (pastor Iglesia Valdense)
Cristina Diaz (médica - representante del INADI)

Invitan:


AASES Filial Reconquista Agrupación Estudiantil FIERRO Asamblea por la Educación ATE Reconquista Cátedra Abierta sobre DDHH - ISP Nº 4 Centro de Estudiantes del ISP Nº 4 CTA Regional Noreste Foro INADI del Norte de Santa Fe Juventud de la CTA Proyecto Sur Reconquista Taller de la Mujer Teatro El Mordisco